domingo, 9 de octubre de 2016

La navidad familiar



Cada año el 25 de diciembre, mis padres y yo nos reunimos con la familia de mi padrastro. Celebramos la Navidad cada año a partir de las nueve de la mañana y es un día lleno de familia, Dios, y comida buenísima. Recuerdo el olor vívido cuando entramos por la puerta a la casa de mi abuela. El aire estaba lleno de olores de panes dulces de varios tipos. Por ejemplo, mi favorito es el pan de mono que mi abuela hace. Está hecho de pelotas de pan juntadas por azúcar de canela y nueces. ¡Es riquísimo! Estos olores de pan se mezclan con el olor fuerte del café fresco y caliente. Los niños toman chocolates caliente mientras los adultos roban a hurtadillas whiskey de crema en sus vasos de café. Estos olores combinados me llenan con el sentido de familia y agradecimiento debido a la celebración cada año. Desayunamos todos juntos en la mesa de cenar donde podemos ver el árbol de Navidad decorado con adornos viejos y luces brillantes, y abajo queda una montaña de regalos para toda la familia.
Después de que desayunamos con los panes dulces con unos platos de huevos, abrimos los regalos debajo del árbol tomando turnos. Cuando terminamos con los regalos, los adultos toman una siesta de digestión mientras que los niños juegan con los juguetes nuevos. Cerca de la una, nos preparamos para comer de nuevo. El almuerzo de Navidad es la comida principal del día y una de mis partes favoritas. El almuerzo se constituye principalmente de patatas con queso, famosas de mi abuela y jamón de miel. Las patatas tienen un lustre de oro y el jamón es muy jugoso con un olor dulce. La mesa está llena de varios platos como ensalada de fruta fresca, pan con gelatina, y judías verdes. La Navidad es el único día en que mi abuela prepara la mesa con su loza china fina que ella recibió de su abuela cuando era más joven. Los platos son muy elegantes con una racha de playa alrededor. Siempre tenemos que tener muchísimo cuidado cuando comemos para que no se rompa un plato, como hizo una de mis tías.
Después de almorzar, siempre lleno mi plato tanto que no puedo ver más la loza china. Cada año hago lo mismo, y cada año mis ojos son más grandes que mi estómago. Mientras que comemos, el comedor está en silencio. Lo único que se puede oír es la masticación de la familia comiendo, todos abrumados por los sabores ricas. Después de que comemos la comida principal del día, todos están llenos de comida y listos para relajarse y algunos toman otra siesta.
Este día de comer siempre es diferente al de las otras celebraciones. Comemos despacio para que tengamos nota de la energía y la calidad que está en la comida. Es un día especial debido a la combinación de sentimientos que nos dan la comida, la familia, y nuestra religión. 

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